Las
Salinas, Barahona, Residentes
del municipio de Las Salinas, reclamaron del gobierno acudir en auxilio de los
habitantes de esa localidad productora de las minas de sal y yeso.
Juan Encarnación Pérez y Claudio Carrasco, voceros del comité
para el desarrollo dijeron que desde que fueron capitalizadas las minas la
comunidad padece hambre, desempleo y desesperación.
Refieren que los obreros que se ganaban el sustento de sus
familias en dichas empresas fueron cancelados todos.
Indicaron que el municipio de Las Salinas languidece con
todos sus habitantes por la falta de fuentes generadoras de empleos.
La mayoría de los jóvenes emigran a la capital y a otras
provincias del país en busca de mejor vida, y porque no ven llegar el desarrollo
al municipio de Las Salinas.
Revelaron que cuando las minas de sal y yeso eran
administrada por el estado dominicano y no habían sido capitalizadas ni pasadas
al sector privado había un promedio de
300 empleados, pero cuando la privatizaron, se redujo a menos de 60
trabajadores, lo que afecta de manera directa a la economía local.
Los líderes comunitarios Juan Encarnación Pérez y Claudio
Carrasco, señalaron además de la falta de fuentes de empleos, el deterioro del
puente Romeo, la falta de una biblioteca equipada, una casa club y el abandono
de las edificaciones deportivas.
Criticaron a las empresas capitalizadoras de las minas de sal
y yeso Cemex dominicana y Corde por no destinar el 5 por ciento de sus
ganancias a la construcción de Obras de desarrollo.
Precisaron que solo está en operación la mina de yeso, de la
cual no están recibiendo los beneficios económicos que produce la explotación
de ese yacimiento, mientras el pueblo se sumerge cada día en la pobreza.
En tanto los agricultores de la zona se encuentran
desprotegidos por las autoridades municipales y el Gobierno, ya que no le
facilitan o prestan las ayudas necesarias para que ellos realicen sus labores
agrícolas de una forma más productiva, y aquellos que toman la iniciativa de
cultivar algún producto lo hacen a mano pelada y sin agua para regar sus
sembradíos.
Precisaron que esta situación está provocando que los
agricultores de Salinas abandonen sus propiedades, porque no tienen bombas de
agua para utilizarlas en sus terrenos y el agua del río cada día es menos.
La explotación minera en el municipio de La Salina tiene más
de 55 años.
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